domingo, 5 de agosto de 2012


Sé que hay días de carretera esperando al sur de señales con límite de velocidad
Lugares, gentes, caminos por recorrer.
Sé que en cualquier club de carretera las estrellas iluminan un parking,
Y reflejos rosas parpadean sobre los cristales de un camión.
 Sé que no es el fin nunca, sino un principio,
Que he estado loco mil veces dentro de la noche.
Sé que tanto mundo pasando ante tus ojos es solamente una película rara.
Sé que no les gusta que vaya a mi bola y tenga la maleta
Preparada para largarme.
Sé que desaparecer es de cobardes
Y que cobardes son los que pintan poesías en las puertas de las ciudades.
Llueve en esta ciudad de hierro oxidado
Y vías de tren, y un hombre al paso de las gotas de agua
Espera en la estación, un hombre de gabardina negra y sombrero
Que mira el reloj, y escucha las taxis y coches salpicar agua,
Y al entrar en la cafetería huele a tostadas y cafés cortados.
Mientras en la carretera el cielo azul y campos de trigo
Juegan a tejer horas de libertad y ruedas pisando el asfalto.
Yo elijo no tener más camino que el de las ruedas del coche,
Y desaparecer lejos del mar si te vienes, cuenta conmigo. 

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