Sé que
hay días de carretera esperando al sur de señales con límite de velocidad
Lugares,
gentes, caminos por recorrer.
Sé que
en cualquier club de carretera las estrellas iluminan un parking,
Y
reflejos rosas parpadean sobre los cristales de un camión.
Sé que no es el fin nunca, sino un principio,
Que he
estado loco mil veces dentro de la noche.
Sé que
tanto mundo pasando ante tus ojos es solamente una película rara.
Sé que
no les gusta que vaya a mi bola y tenga la maleta
Preparada
para largarme.
Sé que
desaparecer es de cobardes
Y que
cobardes son los que pintan poesías en las puertas de las ciudades.
Llueve
en esta ciudad de hierro oxidado
Y vías
de tren, y un hombre al paso de las gotas de agua
Espera
en la estación, un hombre de gabardina negra y sombrero
Que
mira el reloj, y escucha las taxis y coches salpicar agua,
Y al
entrar en la cafetería huele a tostadas y cafés cortados.
Mientras
en la carretera el cielo azul y campos de trigo
Juegan
a tejer horas de libertad y ruedas pisando el asfalto.
Yo
elijo no tener más camino que el de las ruedas del coche,
Y desaparecer
lejos del mar si te vienes, cuenta conmigo.
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