Los lunes solían ser mentira
Cuando el amanecer
Tocaba la punta de los dedos.
Y el reflejo de tu sonrisa
Quedó grabado en el casette.
Señalamos un segundo
Antes de rozar la piel.
Antes de que volviese el verano
A las
habitaciones desordenadas.
A la orilla de la carretera
Vimos la última vez
La casualidad encerrada en la suerte,
Y escapamos del humo
Entre las hogueras y el asiento trasero de un
coche.
Poner fin a un lugar contracorriente
De ruinas y ceniza.
Cayendo en espiral por el timbre
Que sonó al llegar tu risa.