miércoles, 22 de agosto de 2012


              
Te veo tan lejos
Que mi corazón se vuelca en el desierto.
Anoche recordé tu brisa de llanto alegre
Tu canto de sirena virgen.
Pierdo los cristales por espinas
De agua y rocío en las sienes.
Me vuelvo vacío, sordo, estampado.
Revienta el silencio de Septiembre
Que trae de vuelta exámenes y escritorios iluminados.
Supimos abrazarnos con cariño
Teniendo miedo al verano de las despedidas.
Hoy comienzan a caerse las hojas
Y le calle vierte de viento colores amarillos de otoño.
Es tan amargo el sabor de los días
Cuando no guardo un cajón con recuerdos.
Quizás demasiada Serotonina
Trajo consigo nubes negras de deseo.
Los pupitres del colegio sin niños,
Vuelvo a mirar el cristal
Y tras el cristal la lluvia en la calle.
Otro día de paraísos grises
Con sangre ardiendo en el suelo de los pasos de cebra.
Baja conmigo al bar tocan los ases del misterio
Y de noche volvamos a ser borrachos, polvo tras la marquesina
Y amaneceres con jerséis de lana entre abrazos
                                                           Y gemidos.

lunes, 13 de agosto de 2012


Las sonrisas volaron en el aire

Dejando escapar pájaros de agua,

Llevando consigo trajes extraños

Y horas muertas en medio de las calles y papeles al surco del viento.

Donde antes miraban dos extraños nidos de golondrinas en el tejado,

Ahora crece un árbol de inmensas ramas

Que extiende sus brazos por el cielo tocando las nubes

Y como una explosión de gaviotas

 El estruendo del aleteo mata las voces de toda una ciudad

Y hunde su tronco sobre una plataforma.

Ahora escalamos hacia lo más alto sin ver siquiera

Si llegaremos a rozar las nubes,

Y lo sabemos mientras nos miramos y miramos hacia el suelo

Que todos somos más árbol que gritos y gente y ruido

Y trabajo, y lunes, y jefes, y rabia.

martes, 7 de agosto de 2012


Llovió en el paraíso
Gotas de plata entre la gente.
Se puso el sol
Y todos son diferentes.
Salen de las sombras
Seres de otro color
Si abres la puerta
Entrarás a la séptima dimensión.
La séptima dimensión.


Colgado de un cordel negro,
El mundo se desmorona.
De noche miro el cielo
Y sueño la luna de Europa.

 La veo cruzar la calle,
Con mochila y pasos lentos,
La noche atrapa todo
Y me mira un momento.
De pronto las farolas se van,
Y siento como el cielo
Se echa sobre la ciudad
Se echa sobre la ciudad.


Colgado de un cordel negro,
El mundo se desmorona.
De noche miro el cielo
Y sueño la luna de Europa.

Y las sombras
Inundaron las calles de negro.
Entre la nada brilla,
La luz de un mechero.
 Veo tus dos ojos verdes
Entre este abismo
Y lucen gotas de agua
En el centro de nuestro limbo
El centro de nuestro limbo.

domingo, 5 de agosto de 2012


Sé que hay días de carretera esperando al sur de señales con límite de velocidad
Lugares, gentes, caminos por recorrer.
Sé que en cualquier club de carretera las estrellas iluminan un parking,
Y reflejos rosas parpadean sobre los cristales de un camión.
 Sé que no es el fin nunca, sino un principio,
Que he estado loco mil veces dentro de la noche.
Sé que tanto mundo pasando ante tus ojos es solamente una película rara.
Sé que no les gusta que vaya a mi bola y tenga la maleta
Preparada para largarme.
Sé que desaparecer es de cobardes
Y que cobardes son los que pintan poesías en las puertas de las ciudades.
Llueve en esta ciudad de hierro oxidado
Y vías de tren, y un hombre al paso de las gotas de agua
Espera en la estación, un hombre de gabardina negra y sombrero
Que mira el reloj, y escucha las taxis y coches salpicar agua,
Y al entrar en la cafetería huele a tostadas y cafés cortados.
Mientras en la carretera el cielo azul y campos de trigo
Juegan a tejer horas de libertad y ruedas pisando el asfalto.
Yo elijo no tener más camino que el de las ruedas del coche,
Y desaparecer lejos del mar si te vienes, cuenta conmigo.